Will Rodríguez: diciembre 2009

viernes, diciembre 18, 2009

Preludios para Álvaro


Antes que nada quisiera comentar que me da mucho coraje no poder estar presente esta noche con ustedes y el autor que nos convoca. La presentación de un libro es una fiesta, pero la presentación de dos libros es dos veces fiesta. Sin embargo, también me hace muy feliz estar aquí a través de la voz de otra persona. De corazón agradezco esta oportunidad.

Dicen que cuando nace un niño éste trae una torta bajo el brazo. Si para el poeta un libro suyo es como el hijo más hermoso, entonces Álvaro Chanona puede estar más que feliz con la llegada de La alforja de los desprendimientos, publicado por Versodestierro y el Instituto de Cultura de Yucatán, pues casi enseguida –y como un regalo inmediato y posterior– vio la luz el poemario Preludios para Cáncer, editado en la colección El celta miserable de la Editorial Letras de Pasto Verde que, desde Orizaba, Veracruz, dirige el siempre amigo Mario Islasáinz.

Preludios para Cáncer atesora una serie de vivencias que bien pueden interpretarse como padecimientos, augurios y sensualidades que, de principio a fin, mantienen esa belleza que nos provoca desear el vivir algo semejante o, por lo menos, que el libro nunca se termine… Visto a través del vitral de la poesía, esta publicación de breve tiraje y sencillo diseño es como un santuario en el que la religión es cuestionada, el erotismo surge a través de la distancia y el dolor es consecuencia de la lejanía del ser amado. Pero, como todo santuario, también es un refugio de paz, meditación, convivencia y mucho amor.

Quizás el título del poemario alude al signo de aquella persona amada y lejana, toda vez que el lector no encuentra aquí predicciones ni charlatanes consejos atribuidos a este acuático elemento del zodiaco. Si bien Cáncer representa una serie de virtudes y desgracias para quien, como yo, ha nacido bajo su estigma, Preludios… ofrece una sabiduría más efectiva: esa que fluye del alma del poeta. Álvaro Chanona es un creador sabio y sensible que no acosa a los lectores con trucos ni imágenes pretenciosas; es un artista que con humildad nos enseña y replantea el valor de la vida y sus infinitos horizontes.

Estoy seguro que este renacimiento editorial de Álvaro es el grito que anuncia la existencia de un gran hijo, hermano, amante y guerrero de la poesía. Muchas felicidades a él y a quienes tengan la oportunidad de conocerlo.

miércoles, diciembre 16, 2009

Ángel de la mañana

Just call me, angel of the morning, angel… (Bonnie Tyler)
…porque tú eres el ángel que quiero yo (Yuridia)



Despierto desnudo, con la boca seca y un cansancio criminal. Qué bueno que es domingo y no hay que abrir la tienda. Trato de recordar cómo llegué a casa. Me asomo por la cocina y respiro tranquilo al ver la moto en la cochera; no tendré que ir por ella al bar. Seguramente no estaba tan borracho como para no conducir… Saco del refri una lata de V8 y la preparo con sal y limón. Regreso a la cama y enciendo un cigarro que se consume en el cenicero. Trato de dormir y no lo logro. Busco en el directorio del celular a quién llamarle para que venga a coger…
—¿Bueno?

***
Falta poco para que termine la jornada del horrible lunes, pero no quiero esperar; tomo el dinero de la registradora y le encargo a Rubén que cierre la tienda. Sigo muerto por el fin de semana. Tengo hueva hasta de ponerme el casco. Avanzo ligero entre el tráfico inmóvil. Llego a casa y al abrir veo una hoja de papel en el suelo. Es una carta escrita a mano:
Hola soy Angel no se si te acuerdes de mi. Nos conocimos el sabado en el bar y me invitastes a tu casa, estabas muy tomado pero venimos a tu casa y me gusto mucho pero te dormistes rápido. Ojala nos veamos otro dia, ves que no soy un ladron, no me lleve nada de tu casa. Aqui te dejo mi telefono mi correo-e y mi pagina de internet donde tengo unas fotos ojala que te gusten. Chao.
Siento un escalofrío. Qué hice, qué hicimos. ¿Me habré cuidado? Reviso el bote de basura junto a la cama y no logro descifrar si los condones usados son todos del domingo… En fin, ya qué… Me preparo un sándwich en la cocina y regreso a la recámara. Prendo la compu para ver la página de “Angel”… Mmm, qué cosa. Son fotos de desnudo, sin mostrar la cara. En unas aparece sentado en un sofá; tiene puesta una gorra y mira hacia su verga parada; en otras aparece sólo su pene recién eyaculado o adornado con efectos gráficos del photoshop. Me gusta. Claro que le llamaré, pero no ahora, mejor el fin de semana...

***
Llega el domingo. Despierto desnudo, con la boca seca y un cansancio criminal, pero bien erecto. Le llamo a Ángel. Quiero estar con él, saber cómo es, sentir aquel cuerpo de las fotos. Le digo que soy yo, le pido que venga. Contesta que llegará lo más pronto posible, que vive por la Buenos Aires. Aprovecho para bañarme con calma. Debajo de la regadera abro la boca y dejo que el agua se rebose en ella. Siento que esto ya lo viví: la cruda, el agua fresca, esperar a un amante, secarme, peinarme y regresar desnudo a la cama hasta que toquen el timbre de la casa… Y así sucede. Lo hago pasar mientras pienso en lo feo que es y que no lo recuerdo. Sin embargo no está del todo mal; es moreno, alto, flaco y tiene una sonrisa que me da confianza. Sin decirle nada lo abrazo y le planto un beso en la boca. Él se ríe y me dice que ha traído unos aceites para darme un masaje, una actividad que le gusta realizar en sus tiempos libres. Me tiro desnudo a la cama y él se quita la ropa pero se queda en trusa. Mientras me masajea la espalda le pregunto cuántos años tiene, a qué se dedica, con quién vive… En realidad no me interesan sus respuestas; sólo quiero sexo. Me cuenta que tiene 24 años, que saca fotocopias en una empresa y que vive con un amigo. Yo lo interrumpo volteándome y rodeándolo con mis piernas… Y es aquí donde empieza la historia. Veo a Ángel todos los domingos. Le llamo al despertar y él llega lo más rápido que puede; cogemos delicioso una y otra vez; es el mejor de los amantes. Lástima que esté tan feo. No me atrevo a salir con él y que digan “ahí va ese puto con su chacal”. Además creo que se está enamorando: me pregunta cuándo vamos al cine o a pasear, que por qué no lo invito a mis fiestas; dice que me quiere conocer de otra manera, que no todo es coger, que solamente lo estoy utilizando. Yo le tapo la boca a besos, pero cada vez es más difícil evadirlo. Cómo decirle que sólo me gusta en la cama, que no tiene la educación ni los medios para estar a mi nivel. Quizás soy un idiota, pero mucho trabajo me ha costado llegar a serlo.

***
Otro domingo. Despierto desnudo, con la boca seca y un cansancio criminal, pero bien erecto. Le llamo a Ángel pero no contesta. Insisto durante todo el día y el buzón de mensajes es quien responde. Me conecto a internet y lo veo en línea. Le envío un mensaje instantáneo y me escribe como si nada que su celular está en casa de su mamá y que está muy cansado, que no piensa salir, que mejor nos veamos el próximo domingo. Pero pasa otra semana, y otra, y otra, y él no viene. La última vez que le hablé me dijo que si no formalizábamos la relación no nos volveríamos a ver. Le dije que a la fuerza nada y adiós, y no pienso insistir, aunque lo extrañe.

***
Pinche Ángel. Lo deseo tanto y es tan buen niño, pero no contesta mis llamadas ni mensajes. Han pasado muchos domingos. He recibido a mil hombres en la cama y ninguno es mejor…; sólo cierro los ojos e imagino que es él quien me penetra, que es a él a quien penetro. Hoy encontré debajo de unos libros las calcomanías que diseñó con mi nombre y que me regaló para mi cumpleaños, al cual no asistió porque no lo invité. Simplemente recordó la fecha de mi nacimiento y al siguiente domingo llegó con sus diseños y dibujos para mostrármelos; entonces me dio las calcomanías como el más especial de los obsequios. Pobrecito. Lo quiero. Recuerdo que aquella vez me dijo que por no tener dinero regresaría a vivir por un tiempo con su mamá, y me dejó el teléfono de esa casa… apuntado detrás de una de las calcomanías… Entonces llamo y me contesta una vieja de pocas y rudas palabras. Pregunto por él, cómo está; le digo que soy Marcelo, su amigo, y que hace tiempo que no tengo noticias suyas. Ella me dice que Ángel murió, que le salieron unos hongos en el cerebro y que antes de morir quiso hablar conmigo, pero nadie hizo nada por localizarme… Soy un idiota.

***
Llega otro domingo, horrible domingo. Despierto desnudo, con la boca seca y un cansancio criminal. Le llamo a Ángel pero no contesta.